Tag Archives: política

Test ideológico

3 Dic

La brújula política

Otros años, otras juventudes

16 Ene
John Lennon

Los sueños se construyen

No me gusta comparar realidades actuales con las de épocas pasadas, por lo general evito caer en esa trampa, pero a veces no puedo evadirlo y me dejo llevar por las comparaciones. Quizás aprovechándome de mi lugar de privilegio como madre de dos adolescentes maravillosas de las que no tengo queja me dejo llevar por los recuerdos y caigo en la tentación, al verlas, de comparar sus gustos, sus intereses, su manera de pensar, con los que yo creo haber tenido cuando contaba más o menos sus mismos años. De más está decir que eran épocas muy distintas, la sociedad de aquellos años contaba con otras prioridades, y era muy diferente el camino que las generaciones más jóvenes tenían por delante (y por detrás).

Para acotar un poco lo que quiero decir, podría tomar como ejemplo el tema político. Allá lejos, por los años 70-80, por lo menos por aquí en America Latina, el sentido del compromiso social y político estaba a flor de piel y era elemento casi prioritario de todo joven que pretendía pararse frente a la vida. Algunos más otros menos, pero éramos muchos los que, a pesar de nuestros pocos años, le hacíamos destacado lugar a la solidaridad, al interés por la realidad que nos tocaba vivir y algunos, hasta por la militancia política.

En general y con distintas modalidades cada joven sabía los entretelones políticos del momento, se embanderaba quizás con algún partido con el que se sentía identificado, buscaba estar actualizado con los vaivenes de la vida nacional e internacional, se informaba, leía, buscaba desarrollarse intelectualmente.

Luego vinieron procesos de dictadura, persecuciones y desmembramientos sociales  que dejaron huella imborrable en nuestros países de este sur dolido y postergado. Fueron muchos los jóvenes que cayeron peleando por sus ideales y muchos, también los que eligieron el enfrentamiento violento para arribar a ellos. No voy a ahondar en describir el caos que sobrevino, las muertes que se generaron, el retroceso que nuestras sociedades sufrieron en aquellos momentos de terror. No es ése mi interés en este momento. Solamente me preocupa destacar aquí las consecuencias del vaciamiento intelectual de aquel período de dictadura y sus consecuencias en la pérdida de valores solidarios posteriores.

Los años 90 fueron, sobre todo, años de especulación y banalización de nuestras sociedades. Las recetas neoliberales fueron aplicadas en nuestros países a rajatabla, de la mano de funcionarios corruptos que terminaron de quebrar el poco interés que quedaba en pie en cuanto a la participación política y social y la militancia comprometida.

Junto con la especulación económica se fue sosteniendo una concepción individualista de la sociedad, alentada desde el poder y los medios informativos que contribuyeron a bastardear los valores de participación social de los años anteriores.

Lo que había sido antes alentado, catalogado de progresista y bien visto desde la anterior óptica juvenil fue ignorado y vilipendiado por las nuevas generaciones formadas en la banalización  ideológica y mediática que el capitalismo salvaje montó para entretener a la masa de una sociedad que buscaba renacer después de décadas de terror y violencia.

Nació así una juventud que desoyó aquello del compromiso con la realidad de los años anteriores y se limitó a intentar usufructuar los avances tecnológicos, la comodidad de una vida fácil y privilegiada que se vendía a través de los medios. Soñar y construir una nueva sociedad no estaba ya entre las banderas de las rebeldías juveniles. En aquellos años la meta era disfrutar aunque más no sea de quince minutos de fama, salir de pobre con el menor esfuerzo, entrar al privilegiado círculo de los elegidos y publicitados, encajar dentro de los cánones de belleza, riqueza y poder alentados desde la fatuidad de los discursos mediáticos y sobrevivir… como se pueda y sin que importen nada los principios, pero ascender… lo importante era el hoy y el ahora. El ayer se buscaba borrar de la memoria colectiva y el mañana apenas era un número en el  calendario de las cuentas por pagar.

Luego de aquellas décadas infames y desgastantes sobrevienen estos años de crisis mundial, terrorismo y calentamiento global, aumento de la pérdida de valores sociales, más decepciones, nuevos conflictos. La inseguridad acecha por doquier y el individualismo y el descreimiento siguen ocupando su trono destacado.

Hoy la generación de mis hijas quizás tenga más conciencia ecológica que nunca antes en la historia, más fácil acceso a la información, mayor conocimiento tecnológico, mayor diversidad de intereses (o no), pero lo que indudablemente noto en falta (salvo honrosas excepciones) es la capacidad de creer que los sueños de cambio social son la base para la real construcción de un mundo mejor, un mundo donde la solidaridad y la participación orgánica y comprometida se aplique en todos los rubros.

Activismo y militancia no son palabras que abunden hoy en la boca de nuestros chicos. Son quizás ítems que están disponibles para un mínimo círculo de raritos que despliegan su rebeldía en medio de un mar informe de jóvenes que se dejan llevar por la corriente y no se animan a despegar.

¿Es así o quizás sea sólo mi manera nostalgiosa de ver la realidad lo que me hace ser, hoy, algo escéptica en relación con la mayoría de nuestros jóvenes y su postura frente a la vida?

Escucho (o leo) otras interpretaciones.

Gracias y saludos a todos!

votar Ciudadana MónicaShare/Bookmark

¿Razón o excusa?

24 Dic
Did we can?

Did we can?

Como se ha ido diciendo a lo largo de estas semanas, Obama es el nuevo presidente electo de los EEUU. No obstante, desde hace algunos días, sus competidores se las han apañado para encontrarle muertos en el armario. ¿O es que realmente hubo una escandalosa situación de compraventa de un escaño en el Senado norteamericano, el escaño que dejó Obama tras intentar dedicarse a la presidencia?

Opiniones, opiniones, opiniones… ¿Es una razón para dudar de Obama o una excusa para manchar su reputación de honradez? Aquí, la respuesta del equipo del nuevo presidente de los iu es ei.

Aquí tengo un artículo un tanto turbador, por cierto, que concluye con unas deducciones bastante libres y tal vez sea disparatadamente tendencioso y abrumadoramente incorrecto. Es lo que deberían poner en todo artículo por internet, supongo. Igual que en las cajetillas de tabaco te avisan de que fumar puede matar. «LA GENTE MIENTE» sería directo y concreto. Y cierto.

Bueno, a todo esto, el artículo en cuestión: Barack Obama: en la Hora de África. No conozco al autor, Eliseo Bayo, y, aunque parece tener cierta presencia en la Blogsfera, aún he de encontrar algo más que sus obras. En fin.

Ciudadano Alanthos

La Memoria y la Historia

9 Nov

El 31 de octubre de 2008 el Congreso de los Diputados puso en marcha la Ley de Memoria Histórica, por la que se reconocen derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura. Incluye, además, el reconocimiento de todas las víctimas de esta guerra, las victimas de la dictadura y la apertura de fosas comunes en las que aún yacen los restos de todos aquellos olvidados por el régimen.

Desde que se puso en conocimiento tanto el proyecto de ley como desde su funcionamiento se han venido dando debates en todos los medios de comunicación y en el propio ámbito político hasta el momento actual. El problema es que nunca se llega a un acuerdo y yo me pregunto ¿qué es la memoria histórica?

Pues bien, creo que el nombre de la ley es totalmente incorrecto, bien porque su propio nombre no se adecúa a los objetivos de la misma, bien porque es una contradicción en si mismo.

La Historia, por lo general, suele ser una materia muy apetitosa para el mundo de la política, un instrumento que se usa, tanto por unos como por otros, para llamar la atención de la opinión pública y se suele englobar, incorrectamente, como un todo.

Por otra parte, la caracterización de la memoria como histórica es un grave error que ha sacudido los cimientos de la historiografía de muchos países. Por ejemplo, el historiador francés Nora y el israelí Barnavi afirman que se está produciendo de forma progresiva una tiranía de la memoria. Es decir, que la memoria, en lugar de ponerse al servicio de la Historia, se está apropiando de ella, lo que podría suponer una total desfiguración de la misma, arrebatándole su valor más importante, el de la imparcialidad.

Pero hay algo más que llama la atención ¿hasta que punto el gobierno necesita de una ley para realizar todo aquello que ésta pretende? Creo que no la necesita en absoluto, ya sea porque legislar sobre la historia es, propiamente, politizarla, algo que recuerda a los métodos de cualquier estado totalitario al tratar de dominar el pasado desde el presente.

Aunque ésto no es lo único desdeñable, ya que sobre la figura del juez Garzón también habría que preguntarse: ¿si es el representante más adecuado para aplicarla?, ¿si no está demasiado influido por la política de cada ejecutivo (véase Aznar o Zapatero)? o ¿si su dedicación en la vida, aparte de la ya mencionada, es la de buscar el oportunismo haya donde se pueda?

En definitiva, creo que todo lo que pretende esta ley podría haberse hecho de una forma un tanto más discreta, sin alterar tanto a la opinión pública, no porque haya que censurarla, más bien porque la Guerra Civil es un asunto que no se ha cerrado todavía y hay tomarlo con mucha cautela. Además de que ya era hora de que alguno de los presidentes de la democracia diera el paso, con la excepción de Suarez por el contexto político que se encontró.

Finalmente y para no resultar demasiado crítico, tengo que decir que me parece muy importante que ésto se esté llevando a cabo pero siempre entendiendo que los momentos que estamos viviendo no son los mismos que los que contiene la ley y aunque resulte una ridiculez, es mejor pararse a pensar y comprender lo que significo esa guerra, de dónde vino y cuales fueron sus consecuencias.

CiUdAdAnOBoRsHa