Un sacerdote fue sancionado por la cúpula de la Iglesia de Santiago del Estero por cuestionar la actuación de la jerarquía de la Iglesia durante la dictadura cívico militar argentina.
El Grupo de Curas en la Opción por los Pobres responsabilizó a los obispos de Santiago del Estero Francisco Polti (ordinario) y Ariel Torrado (auxiliar) de haber separado al sacerdote Roberto Murall de sus funciones por cuestionar la actuación de la jerarquía de la Iglesia durante la última dictadura cívico militar.
Una carta abierta dirigida a las máximas autoridades de la Iglesia católica en esa diócesis, en la que el grupo cuestiona además el silencio de los obispos argentinos, fue difundida tras la última misa celebrada por el religioso en Pozo Hondo, donde trabajó como sacerdote desde hace 14 años.
«Señores: creemos que se terminó la hora de la diplomacia epistolar. Estamos dolidos y con profunda amargura. No vamos a dirigirnos a ustedes con el habitual «estimado» o «de nuestra consideración», porque sería una falsedad. No nos inspira ninguna estima ni consideración la gente que se esconde o es cobarde», dice el primer párrafo de la carta abierta.
El texto sigue: «Ustedes no supieron ni quisieron saber qué pensaban las comunidades acerca del ministerio de Roberto Murall en la diócesis; no supieron ni quisieron saber qué hacía o dejaba de hacer él como pastor porque nunca hicieron una visita pastoral; no supieron ni quisieron saber si desempeñaba un ministerio fraterno y evangélico.»
«Sólo supieron y quisieron saber que Roberto, con el resto del Secretariado del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, manifestó públicamente su rechazo al accionar de la jerarquía en tiempos de la dictadura genocida«, dice el texto dirigido a los obispos responsables de la separación del sacerdote.
La comunión a Videla. Y de «su repudio de que el degradado ex general Videla reciba la comunión a pesar de haber confesado (sin arrepentimiento público alguno) que fue responsable de crímenes de lesa humanidad.»
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